Complicaciones

En la Clínica Dr. Carrasco, valoramos la transparencia y la educación de nuestros pacientes. Es por ello que te invitamos a explorar  las posibles complicaciones y riesgos asociados a nuestros procedimientos. Entendemos que cualquier intervención, ya sea quirúrgica o no quirúrgica, conlleva sus riesgos, y creemos firmemente en tu derecho a estar informado y preparado. Nadie está exento de experimentar complicaciones, pero con el conocimiento y la preparación adecuados, podemos enfrentarlas juntos y tomar decisiones informadas. Tu seguridad y satisfacción son nuestra prioridad.

Es la acumulación de líquido en el tejido subcutáneo. Es común que suceda en intervenciones quirúrgicas como liposucción y abdominoplastia. Se considera una condición habitual del postoperatorio y no una complicación grave.

Puede presentarse dentro de los 5 a 10 días del postoperatorio y tiene una incidencia del 10% a 30% de los pacientes que se someten a cirugías de contorno corporal.

Su tratamiento consiste en drenar el contenido mediante una punción. Por lo general, tiene un buen pronóstico, ya que se resuelve con 1 a 3 sesiones de drenaje.

Es una complicación post quirúrgica que se produce por la acumulación de sangre en la  zona intervenida. Esta puede aparecer a pesar de que el paciente se haya realizado una hemostasia rigurosa (procedimiento que evita la coagulación de sangre al final de la cirugía).

Puede ocurrir por el uso de medicamentos como aspirina o anticoagulantes y su incidencia es de un 0,5% a 1% de los pacientes.

En casos leves se trata solo con compresión, mientras que en casos moderados a severos se puede requerir reintervención para vaciar el hematoma y realizar la hemostasia (detener el sangrado).

Es una complicación quirúrgica causada por la pérdida de glóbulos rojos tras sangrado.

Es poco frecuente, ya que su incidencia es menor al 1%. Sin embargo, es más común en liposucciones de más de 4 litros, pues entre un 25% a 50% de los pacientes la presentan.

En casos leves el tratamiento es con suplementación de hierro, vía oral. Mientras que, en casos más severos, se puede requerir transfusión de sangre.

Por lo general, tiene un buen pronóstico.

Es una complicación de tipo quirúrgico que se presenta cuando una sutura se abre espontáneamente.

Se da más frecuentemente en personas fumadoras, obesas, post bariátricas y en presencia de hematomas, seromas o alergias a los materiales de sutura.

En sus formas leves, son relativamente frecuentes (10 a 30 %), en especial en cicatrices en T  invertida, en lifting de extremidades y abdominoplastia. Mientras que, en sus formas moderadas a graves, se presenta entre un 0,002% y 0,01% de los pacientes, respectivamente.

El tratamiento dependerá del grado de severidad:

  • Dehiscencia leve: se requiere curación y cierre por segunda intención.
  • Dehiscencia moderada a severa: resutura.

El pronóstico de la dehiscencia de herida operatoria indica que esta puede afectar la calidad de la cicatriz final, por lo que -muchas veces- luego de alrededor de un año después de la cirugía, se requiere de una reintervención para un resultado óptimo.

Es una complicación quirúrgica que suele presentarse entre 24 horas a 2 semanas después de la cirugía y se produce por la invasión de microorganismos.

Esta puede ser localizada o diseminada, lo cual determinará el manejo a seguir.

Es más frecuente en pacientes tabáquicos, diabéticos, inmunosuprimidos y post bariátricos. Sin embargo, su frecuencia es menor al 1%.

Como prevención, se indican antibióticos en el intra y postoperatorio.

Síntomas:

  • Fiebre
  • Dolor
  • Enrojecimiento
  • Pus
  • Aumento de volumen.


Su tratamiento es con antibióticos y, en algunos casos, cirugía.

El pronóstico dependerá de la gravedad de la infección. Una infección grave es poco frecuente (menos del 0.001% de los pacientes lo padece), pero pueden dejar secuelas permanentes e incluso causar la muerte si no es detectada y tratada a tiempo, por lo que si el paciente llega a presentar alguno de los síntomas mencionados, debe contactarnos o concurrir a un servicio de urgencias a la brevedad.

Es una afección que se da por la formación de coágulos en una vena que se encuentra profunda dentro de una parte del cuerpo. Suele afectar venas grandes, como la de las piernas, pero también en otras venas profundas, como en los brazos y pelvis.

Habitualmente se presenta dentro de los primeros 21 días post cirugía y es poco frecuente, es decir, se presenta en un 0.5 a 1% de los pacientes.

Pero es más habitual en pacientes con antecedentes de tabaquismo, obesidad, consumo de anticonceptivos, cirugía de más de 6 horas de duración, terapia hormonal de reemplazo, antecedentes de cáncer, antecedentes de trombosis y reposo prolongado.

Síntomas:

  • Dolor de la pierna (pantorrilla).
  • Hinchazón de la pierna.

Para confirmar el diagnóstico se requiere de una ecografía Doppler de las extremidades inferiores.

El tratamiento de anticoagulación tiene una duración de entre 6 a 12 meses. En algunos pacientes se realiza un filtro de vena cava para evitar que los coágulos de las piernas se vayan a los pulmones.

Si no se detecta y trata a tiempo puede generar complicaciones graves, como tromboembolismo pulmonar.

Para su prevención, se recomienda la deambulación precoz y el uso de anticoagulantes en el postoperatorio, además de medias antiembólicas y comprensión neumática.

Por lo general, esta complicación tiene un buen pronóstico si es detectada y tratada a tiempo. De lo contrario, puede provocar tromboembolismo pulmonar y secuelas crónicas de las venas localizadas en las extremidades inferiores.

Es la oclusión o taponamiento de una parte de arteria pulmonar debido a un émbolo o trombo, por un coágulo que migró desde la pierna hacia los pulmones.

Es un cuadro grave que puede provocar daño permanente en el pulmón o a cualquier otro órgano afectado por no recibir suficiente irrigación sanguínea. Si el coágulo es grande puede causar la muerte. Su frecuencia es de un 0.01 a 0.5%.

Los síntomas que el paciente puede presentar son:

  • Dolor torácico.
  • Disnea.
  • Tos con sangre (hemoptisis).
  • Síncope (desmayo).
  • Falla cardiaca .
  • Muerte súbita.

El diagnóstico es imagenológico y se realiza con un examen llamado angiotac pulmonar.

Esta afección es más frecuente en pacientes con antecedentes de tabaquismo, obesidad, consumo de anticonceptivos, cirugía de más de 6 horas de duración, terapia hormonal de reemplazo, antecedentes de cáncer, antecedentes de trombosis y reposo prolongado.

Las medidas preventivas incluyen deambulación precoz, medias antiembolicas, compresión neumática y anticoagulantes.

Por otro lado, su tratamiento se basa en implementar procesos de anticoagulación, trombosis, trombectomía y filtro de vena cava.

El pronóstico habitual es que un 2,5 % de los pacientes con TEP, adecuadamente diagnosticado y tratado, fallecen. Esto puede llegar a 10 % si se consideran a los no diagnosticados y no tratados.  Por lo que se recomienda ante cualquiera de los síntomas contactar a su equipo tratante y/o acudir al servicio de urgencias.

Es una complicación quirúrgica que se presenta habitualmente durante la segunda semana del posquirúrgico y consiste en la muerte celular de una porción de la piel que puede afectar diversas áreas y en distintas profundidades.

Es más frecuente en pacientes que padecen de  tabaquismo, obesidad, hipertensión no controlada, diabetes, enfermedades del tejido conectivo, insuficiencia cardíaca o consumidores de corticoides, fármacos antineoplásicos o inmunosupresores.

Es una afección poco frecuente, afectando a un 0,5 a 1% de los pacientes.

Su síntoma principal es una piel con tono violáceo o rojizo que con los días se va volviendo más oscura y forma, finalmente, una escara generalmente indolora.

Una vez determinada la causa de ello, se debe corregir desde la base y su tratamiento, en general, consta de dos fases: una fase inicial de delimitación de la lesión en la que se espera que el cuerpo delimite cuanta piel se perderá y cuánto perdura entre 3 a 6 semanas; y otra que corresponde al tratamiento definitivo, que puede ser cierre por segunda intención (que cierre solo), resutura, colgajos o injertos (para esto se requiere entrar nuevamente a pabellón).

El pronóstico dependerá de la severidad de la necrosis. Mientras más severa mayor será la secuela estética.

Es la reacción alérgica a los medicamentos y/o insumos (látex, apósitos o telas adhesivas) utilizados en una cirugía o en el postoperatorio.

Síntomas:  

  • Rash cutáneo y picazón.
  • Hipotensión.
  • Broncoespasmo.
  • Shock.
  • Edema pulmonar.

El tratamiento es la suspensión del fármaco, retiro de apósitos y telas adhesivas; y la preparación de un pabellón libre de látex.

El pronóstico suele ser bueno, pero el paciente debe señalar a los miembros de su equipo si es alérgico a algo.

También, el paciente debe comunicar al cirujano si tiene antecedentes de ser alérgico/a al látex, a los apósitos y telas adhesivas.

El tratamiento es la suspensión del fármaco, retiro de apósitos y telas adhesivas; y la preparación de un pabellón libre de látex.

El pronóstico suele ser bueno, pero el paciente debe señalar a los miembros de su equipo si es alérgico a algo.

También, el paciente debe comunicar al cirujano si tiene antecedentes de ser alérgico/a al látex, a los apósitos y telas adhesivas.

Son variables y van desde alergias a síndromes tales como Stevens – Johnson.

Las reacciones adversas más frecuentes son a medicamentos como: analgésicos antiinflamatorios, tales como ibuprofeno, diclofenaco; gastritis aguda, antibióticos, intolerancia gástrica, diarrea, al tramadol, náuseas y vómitos.

Es una complicación quirúrgica en la cual las cicatrices no se ven como se esperaba, ya que pueden presentarse más pigmentadas, despigmentadas, más anchas, hipertróficas o queloides.

Su frecuencia es baja, es decir, un 1 a 10% de los pacientes las presentan, siendo más frecuentes en fumadores, personas que presentan heridas cerradas a tensión o que cuentan con antecedentes de cicatrización inestética.

Para prevenirlas, se debe iniciar la lubricación de la cicatriz en la segunda o tercera semana.  En la misma línea, la hiperpigmentación debe tratarse forma tópica con cremas y las queloides e hipertróficas pueden incluir compresión, inyección de corticoides, resección de la cicatriz y radioterapia.

El pronóstico depende del tipo de alteración de la cicatrización. La hiperpigmentación tiene un buen pronóstico, pero con un tratamiento de al menos 3 meses. La cicatriz hipertrófica puede requerir extirpación, y el queloide requiere un manejo más complejo, generalmente multimodal.